Nunca me he marcado un tiempo para amamantar a mis hijos. Con Ares tuve un inicio muy complicado, tardé como 3 meses en «disfrutar» de la lactancia y estuve a punto de abandonar en un par de ocasiones. Al final fueron 9 meses los que le amamanté y el destete se produjo de forma muy sutil y natural y cero traumática para ninguno de los dos. Sin embargo con Goran, las cosas están siendo un poco diferentes.

Si con Ares quise hacer las cosas con calma, con Goran aún más. Así que ya sabréis que la introducción de alimentos con Goran ha sido más tarde de lo que marca el protocolo pediátrico y hemos empezado hacia los 7 meses. Esto conllevó que le costara más de lo habitual pero en cuestión de un mes ya empezó a tomar sus papillas.

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Foto Noelia Iniesta

Es curioso como con Ares introduje los sólidos mucho antes y con Goran aún no veo el momento. Me encantó experimentar con la técnica del Baby Led Weaning (BLW) y leí mucho sobre ello. Sin embargo, los comportamientos de mis hijos me marcan pautas diferentes y mientras Ares siempre mostró mucho interés por los alimentos nuevos, Goran no tolera muy bien encontrarse un pedacito sólido en su papilla. De hecho he intentado dársela triturada con el tenedor y es tan glotón y ansioso que no deja de protestar creando más estrés a la situación. Así pues, seguiremos con papillas el tiempo que haga falta (ahora llevamos un par de meses).

Por otro lado, a Ares le salieron los primeros dientes a los 9 meses y Goran sigue con sus encías infladitas pero ni rastro aún. Por eso ni me planteo la posibilidad de dejar la lactancia aunque sí la hemos reducido muchísimo desde que hemos introducido las papillas. La dependencia de la lactancia diurna me estaba creando mucho estrés en el trabajo porque no había manera de alimentarle de otra manera y nadie podía quedarse a su cargo. Ya he comentado en anteriores ocasiones que probamos de todo: darle mi leche con varios biberones recomendados, con varias tetinas, con jeringa, dándole leche de fórmula… y lo pasaba fatal.

Ahora seguimos con la lactancia nocturna porque sigue despertándose unas 3 veces en la noche. Así que la toma de antes de irse a dormir más las 3 nocturnas de momento siguen ahí a menos que Goran consiga aguantar más tiempo sin despertarse.

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Foto Noelia Iniesta

Así que mi punto de vista con este tema es muy claro y ya lo he dicho en otras ocasiones. Cada madre debe alimentar a su hijo de la manera que crea más oportuna y en función de las necesidades de ambos. En el caso de optar por lactancia materna me parece que no hay un tiempo estipulado, por mucho que la OMS recomiende 1 año o incluso 2. Sinceramente creo que este dato en ocasiones puede generar un estrés innecesario a algunas madres que no logran superar ese período de tiempo. Y por supuesto, si no es tu caso y te ves capaz de seguir adelante con una lactancia más prolongada, no veo razón alguna para dejarla.

Así pues no seré yo quien recomiende un tiempo concreto para ello porque cada niño y cada circunstancia personal marcarán el tiempo que necesitas. Ahora sí, lo que sí recomiendo es que el tiempo que sea ¡lo disfrutes al máximo!