Pues ahí está el resultado de la última colada. Y aquí no está todo, que obviamente faltan mantitas, arrullos, sabanitas, toquillas y alguna ropita de cuando el papá de la criatura era también un bebito, que se ha podido recuperar después de más de una treintena de años.

20130114-172428.jpgPor cierto, tengo que agradecer a todos los que han colaborado en llenar este armario y hacerlo tan precioso, y es que, excepto un par de conjuntos a los que los papás no pudimos resistir comprar, el resto han sido obsequios de familia y amigos.

Sin duda, está siendo un bebé muy afortunado.