Debería escribir una nueva sección que dijera «Cosas que echo de menos del embarazo». Y en el top 5 del ranking pondría esta: no tener la regla.
En mi caso fueron exactamente 12 meses los que disfruté de ese merecido descanso (es decir, 3 meses después de dar a luz), a pesar de que estuve dando lactancia materna exclusiva durante 5 meses, así que debería haber podido disfrutar de esta falta durante un par de meses más, pero no fue así.

Mi teoría es que justo durante esa época, intenté reducirle la toma de la madrugada y cuando hay más de 6 horas de separación entre tomas, se tiene más riesgos de que aparezca la menstruación.

Cuando las tomas son más frecuentes, de día y de noche, se produce amenorrea en la madre, es decir falta de menstruación. Viene a ser como un método natural anticonceptivo que evita que la madre se quede embarazada y asegura la supervivencia del bebé en esta fase tan necesitada para él. Pero ¡ojo señoras!, no hagáis caso porque no es nada extraño quedarse embarazada en este período. Así que si no queréis una sorpresa, más os vale que os cuideis un poquito.

Además, en mi caso, las reglas ahora son un poco más complicadas. Antes, pasaban más desapercibidas pero ahora, cuando me baja estoy más cansada que nunca, me duelen los músculos y las piernas no me responden muy bien. Seguro que tiene algo que ver con que los sangrados son más abundantes (especialmente durante los primeros meses). Por suerte no me dura mucho tiempo.

Así que de nuevo en mi vida, un cajón dedicado a productos de higiene para la menstruación para todos los gustos y colores. De todas las marcas y formas posibles. Porque soy feliz de ser mujer.

¿Y vosotras cómo vivisteis este reencuentro con la menstruación?

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