Otra de las diferencias que hay entre mi primer y segundo embarazo es la pasividad en cuanto a decidir hacer según qué cosas. En este caso, y con 36 semanas de gestación, decidí que quería intentar volver a realizarme la ecografía 4D aún sabiendo que tenía pocas probabilidades de ver algo con suficiente claridad.

La razón por la que tardé tanto en decidirme fue porque en el caso de Ares, que la hice en la semana 28 y que os contaba en esta entrada (se recomienda hacer entre las semanas 27 y 32 y de hecho muchos sitios ya no las hacen a partir de la semana 30, no porque esté contraindicado, sino porque el tamaño del bebé es tan grande que apenas se ve bien) era porque tampoco acabó de causarme una impresión tan satisfactoria. No os voy a negar que hace muchísima ilusión ver a tu bebé en 4D, donde se distinguen muy bien las partes del cuerpo, la cara y puedes llegar a ver gestos como bostezos, sonrisas, párpados. Pero aún así, una vez nació Ares, no le vi el parecido por ningún lado.

En este segundo embarazo, cuando quise darme cuenta, ya era demasiado tarde y llamé a un par de sitios de los cuales uno me dijo que ya venía demasiado avanzada y el otro me cobraba más de lo que yo estaba dispuesta a pagar (era un tongo de oferta que me encontré en una de las tantas canastillas que te van dando cuando vas al ginecólogo). Ojo con las super ofertazas porque no sabes lo que te puedes encontrar. Yo no pagaría más de 59€-79€ por la entrega de fotos y vídeo.

Así que cuando ya lo daba por perdido, conocí al equipo de tuMédico.es y me propusieron probar sus servicios. Fue todo tan rápido que en menos de 1 semana ya tenía cita en un centro médico y para el día concreto que yo necesitaba. Más fácil imposible.
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Mi experiencia con ellos ha sido gratamente sorprendente ya que acabé en la consulta de un ginecólogo (y no en un centro exclusivo de ecografías 4D donde es muy frecuente que el ecógrafo no realice ningún tipo de diagnóstico porque ni siquiera es médico especialista). Curiosamente venía de ver a la comadrona, que ha empezado ya con la sesión de monitores y justo me comentaba que creía que el bebé se me había vuelto a girar y venía de nalgas. ¡Otra vez! Así que fue todo un acierto ya que en este caso, el Doctor Gómez, quien me atendió muy amablemente, se tomó la molestia de hacerme todo un diagnóstico en el que, por cierto, descartó lo que había dicho la comadrona. Fueron 45 minutos de visita y super puntual.

Ya me habían avisado de que habían pocas probabilidades de ver bien al bebé, así que no venía con expectativas muy altas. Aún así, pudimos verle en movimiento parte de la cara y nos hizo mucha ilusión.
Os muestro al peque para que juzguéis vosotros mismos… pero insisto en que debéis hacerla antes de las 30 semanas para que pueda apreciarse mucho mejor ¡y no a la 36-37 como yo!

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