Hay algo mágico en disfrazarse. Quizás sea esa libertad momentánea de ser otro, de jugar sin reglas, de volver a ser niño. En casa, cada vez que llega una fecha especial —ya sea Halloween, Carnaval o una fiesta temática— se respira emoción: los peques se pasan días decidiendo de qué quieren ir, los mayores improvisamos, y al final, todos acabamos riéndonos juntos frente al espejo.
Este Halloween, por ejemplo, nos lo hemos pasado en grande con nuestros disfraces. Entre máscaras, maquillajes y risas, conseguimos esa mezcla perfecta entre miedo y diversión (sí, hay pruebas, te dejo algunas imágenes). Pero más allá del momento puntual, disfrazarse tiene algo que une, que rompe rutinas y genera recuerdos en familia.
El arte de elegir el disfraz perfecto
Elegir disfraz no siempre es fácil: queremos algo original, cómodo y, si puede ser, que arranque una sonrisa. En los últimos años, los disfraces se han vuelto auténticas obras de creatividad, y la oferta online es tan amplia que cuesta decidirse.

Nosotros tenemos ya una tienda online de referencia cuando llega el momento de buscar ideas: los más originales de Disfraces Simón. Allí siempre encontramos propuestas diferentes, con ese punto divertido y cuidado que se nota cuando un disfraz está bien hecho. Esta vez los niños decidieron sus propios disfraces y así creamos lo que yo llamo «popurrí de Halloween».
Además, lo bueno de comprar online es poder mirar juntos los disfraces, comentar en familia y reírnos imaginando cómo quedaría cada uno. Es casi tan divertido como el propio día del disfraz.
Disfrazarse en grupo: diversión multiplicada
Si hay algo que triunfa últimamente son los disfraces en grupo. Ya no se trata solo de los típicos disfraces de pareja, sino de familias enteras o grupos de amigos que se coordinan para crear un efecto conjunto. Y no hace falta complicarse mucho: con una idea sencilla y ganas de pasarlo bien, se pueden conseguir resultados geniales.

Algunos de nuestros favoritos los hemos visto en la sección de disfraces para grupos de Disfraces Simón: familias de superhéroes, pandillas de dibujos animados, equipos de rock, tribus prehistóricas… ¡Hay de todo! Es una opción perfecta si buscáis pasarlo bien en grupo y que las fotos salgan de diez.
Por qué disfrazarse (más allá de la fiesta)
A veces pensamos en los disfraces solo como algo de niños, pero lo cierto es que disfrazarse tiene beneficios para todos.
- Estimula la creatividad y la imaginación.
- Fomenta el juego simbólico (en el caso de los peques).
- Refuerza vínculos familiares y sociales.
- Y, sobre todo, nos permite desconectar, reírnos y disfrutar.
En un mundo donde todo va tan rápido, regalarse un día de juego compartido vale oro.

Así que, si aún no tenéis plan para el próximo Carnaval o queréis sorprender en una fiesta de cumpleaños, echad un vistazo a ideas nuevas y dejad que la inspiración haga el resto. No hace falta ser experto: con un poco de ingenio y ganas, el resultado siempre es divertido.
En resumen
Disfrazarse no es solo ponerse un traje: es una forma de volver a conectar con el juego, la risa y la creatividad. En familia o con amigos, lo importante es disfrutar del proceso (aunque se nos manche la cara de pintura o el gorro no aguante toda la noche).
Porque, al final, lo que más recordamos no es el disfraz, sino la risa que compartimos al ponérnoslo.
*Post en colaboración









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