Desde Nestle Bebé he tenido la oportunidad de ver de primera mano la recolecta de uno de los ingredientes más importantes de los tarritos Naturnes: las manzanas.

Tengo que reconocer que como bloguera voy a algún que otro evento pero no todos son tan enriquecedores e interesantes como éste. Más que un evento, ha sido una experiencia que nos ha permitido dar respuesta a algunas preguntas que de otra manera no hubiera tenido oportunidad de contrastar.

El evento consistía en llevarnos a visitar un auténtico campo de uno de los agricultores colaboradores de Nestlé. Por ubicación se escogió el de Menàrguens, en la provincia de Lleida, un campo de más de 30 hectáreas de fruta y verdura. El campo de la familia Real Piqué que lleva más de 40 años trabajando la tierra. Allí estaba toda la familia para recibirnos y enseñarnos cómo mimaban sus manzanas.


Una vez allí pudimos conocer el proceso por el que pasan las manzanas, que tienen que cultivarse en fincas aisladas y sin riesgos de polución, y con una trazabilidad garantizada desde el campo hasta el tarrito de frutas.
Tanto el abonado de los árboles, los tratamientos pesticidas que se hacen y las pautas de recolección y exigencias de calidad son muy específicas y diferentes a las del consumo de adultos.

Además, desde la Comunidad Europea se les exige una serie de exigencias de calidad para cumplir el protocolo de alimentación infantil y de esta manera ofrecer al consumidor un producto seguro y saludable.

Como curiosidad, nos dijeron que los agricultores no reciben la misma demanda de fruta para un adulto que para un bebé. Mientras los adultos buscan una fruta que les entre más por los ojos (en el caso de las manzanas el color, la forma, el brillo…), en el caso de los bebés se estudia más de sus componentes, analizando el grado de azúcar que presenta la fruta en cada uno de sus procesos de maduración.

Hablamos de tarritos 100% naturales, sin conservantes ni colorantes y por natural entienden que son como los que harías tú en casa, siguiendo un proceso de cocción y envasado al vacío, sin ningún tipo de aditivo ni añadido ni proceso químico y así poder conservarlos con su máxima frescura durante mucho tiempo. Sin más.

Concretamente, en los purés de frutas simplemente se trituran en frío y se filtran (en recetas de verduras con carne o pescado también realizan una cocción con vapor). El cierre del tarrito es hermético y con tratamiento térmico que inactiva los microorganismos y no es necesario añadir ningún conservante.

No añaden azúcar ni sal, siguiendo las recomendaciones pediátricas y tampoco contienen almidones u otros espesantes.

Antes de finalizar el viaje, nos dieron la oportunidad de recolectar nuestra propia fruta y muy amablemente nos invitaron a llevárnosla a casa para compartir con nuestras familias. Las manzanas estaban deliciosas.

Y si habéis llegado hasta aquí y os apetece ver un poco más al detalle cómo viví el blogtrip, os invito a pasar un día conmigo a través del VLOG que grabé y que podéis ver en mi canal de Youtube.

¡Espero que os guste!