Como ya he dicho en algún post posterior, estoy posiblemente en el mejor momento del embarazo. Y por esta razón, es ahora cuando más ganas me entran de empezar a montar la habitación del bebé.

Al principio pensaba que no sería para tanto, entre que mi hermano me daba la cuna, el cochecito, el Moisés y algunas cosas más de mi sobrina, dí por hecho que ya no necesitaba grandes cosas, pero eso ha sido hasta que entré en el blog de Preparando la llegada del bebé y me encontré con su práctico pdf descargable. Fue entonces cuando me empezó a entrar un poco el pánico al darme cuenta que aún no tengo NADA!!

En fin, que tengo tiempo y no voy a agobiarme, pero lo que sí he detectado desde hace ya un par de meses es que empiezo a sospechar que padezco el Síndrome del nido. Aprovechando este chute de energía que estoy viviendo, me ha dado por vaciar armarios, ordenar cosas que no recordaba ni que tenía y sobre todo: tirar, tirar y tirar. De repente me he dado cuenta que mi novio no contaba con un espacio personal en nuestra propia habitación, únicamente una mesita de noche para poner sus calcetines y ropa interior y el resto estaba en la habitación que ahora será del bebé. Así que mi objetivo principal ha consistido en hacerle sitio primero a él.

nido

Fuente: Pinterest

Parece ser que este síndrome suele llegar en el momento del final del embarazo, y me preocupa un poco pensar que esto puede ir a más, ya que sólo estoy de 5 meses y medio. Desde el punto de vista emocional, también se considera una forma de evasión ante el temor de la inminente llegada del parto. Y si además se unen los factores de que mi hermano y yo fuimos prematuros, el temor es aún mayor.

No sé en qué momento podemos hablar de compulsividad, eso habría que preguntárselo a mi novio, quien sufre a diario mis neuras y malestares. En cualquier caso, es bueno tomar las precauciones necesarias para que el deseo de pulcritud no se convierta en un factor de riesgo en el embarazo.