Lo de viajar a Nantes no era algo que hubiéramos tenido en mente. De hecho surgió todo de la manera más tonta. Buscábamos un destino para ir en coche y me rondaban por la cabeza las zonas de Burdeos y Bretaña. Una vez me puse a investigar sobre la zona, contacté con la oficina de turismo de Nantes y las chicas fueron tan amables que me hicieron llegar todo un dossier de información para viajar con niños en familia. Eso, añadido al hecho de que encontramos una casa para intercambiar con Home Exchange y que muy cerquita podíamos visitar el conocido parque de Puy du Fou fueron las razones por las que nos acabamos decidiendo por este destino.
Viajar a Nantes en coche
La ida la hicimos por Huesca ya que veníamos de recoger a los niños del pueblo (Teruel). Hicimos parada en un hotelito de carretera cerca de Pau y emprendimos la marcha hacia el norte a la mañana siguiente. No quisimos perdernos una fugaz visita a Burdeos pero tengo que decir que el trozo de Burdeos a Nantes se nos hizo muy pesado y encontramos mucho tráfico. Parece ser que es una autopista muy transitada y no teníamos ni idea.
Llegamos sobre las 19h de la tarde a nuestra casita y decidimos hacer algo de compra para llenar nevera y descansar para poder levantarnos al día siguiente con mucha energía. Viajando con niños el ritmo cambia y es importante mirar por su bienestar. Después de 2 días de coche, los niños sólo querían jugar con todos los juguetes que nos habían dejado los anfitriones de la casa que intercambiamos. Y nos vino muy bien conocer el barrio donde nos alojábamos.
El regreso a casa lo hicimos el mismo día, salimos por la mañana y llegamos por la noche (unas 12 horas con paradas incluidas).
Le Pass Nantes, un imprescindible para estancias cortas
Lo primero que hicimos a la mañana siguiente fue acercarnos a la Oficina de Turismo de Nantes. Allí pudimos coger mapas y folletos de actividades para hacer con niños. Algo que para nosotros fue básico, fue sacarnos el Pass Nantes de 72h (aunque también está disponible para 24h y 48h). Los precios van desde los 25€ por día y los menores de 4 años no pagan (también tienen descuentos para familias).
Con este pase tienes acceso a transportes públicos ilimitados. Además de entrada gratuita a algunos lugares como el mini golf du Petit Port o Le Nid (que más tarde os hablaré de ellos) y descuentos a museos o tours por la ciudad en tren, autobús y barco.
Aprovechando que la oficina de turismo estaba al lado de Le Château des Ducs de Bretagne (con el Pass Nantes la entrada es libre y tienes descuentos en libros). Por dentro tenéis el Museo de Historia de Nantes y algunas exposiciones temporales pero con los niños decidimos pasear únicamente por la muralla que ofrece vistas de los alrededores. No os perdáis el super tobogán que tiene la fachada (Paysage Glissé) y que podéis ver en la siguiente fotografía, eso sí, para niños con altura superior a 1.30m (los míos no pudieron, lástima).
Île de Machines
Tenía unas ganas locas de ver la reacción de Ares cuando viera al gran elefante de Julio Verne de 12 metros de altura y el resto de máquinas.
L’île de Machines está situada en l’île de Nantes, una pequeña isla que hay en medio del río Loira y que solía ser un viejo hangar.
Ahora es una zona que están renovando y reurbanizando con la ayuda de los mejores arquitectos, un ejemplo del pasado y futuro juntos, un lugar muy particular que merece la pena visitar. Aquí encontrarás zonas ajardinadas, carriles bici, parques para los niños, etc. Sin duda, un lugar fantástico para disfrutar en familia.
Este espacio que veis en la fotografía es La Cantine du Voyage (abierto de abril a noviembre), es un espacio sorprendente con un restaurante de mesas grandes para compartir con otras familias, con bar, futbolines, petanca y un espacio de diversión para niños.
Volviendo a l’île de Machines, te encontrarás al gran elefante caminando lentamente por la zona y por los alrededores de la Galería de las Máquinas (entrada gratis con el Pass Nantes), otro lugar que no deberías perderte y donde están el resto de bestiarios de máquinas vivas. Donde antiguamente construían barcos, ahora construyen estructuras mecánicas gigantes que invitan a soñar al público de todas las edades.
Eso sí, prepárate para una gran cola. Nosotros regresamos justo 10 minutos antes de que cerraran las puertas por la tarde y eso nos permitió entrar sin esperas.
Se permite subir al elefante (50 plazas disponibles) y también al carrusel espectacular de 25m de altura pero para ello es necesario reservar y pagar entrada. Nosotros lo vimos desde fuera.
City Tour por Nantes, una visita guiada en un autobús descapotable
Aprovechamos la hora de la siesta para subir a un mini autobús que te hacía una visita guiada. A los niños les vino divinamente para descansar y nosotros pudimos escuchar con la audioguía algunas curiosidades históricas y descubrir rincones que no habíamos visto aún.
Esta visita guiada también está incluida en el Pass Nantes pero es muy importante reservarlo con antelación porque es pequeño y si quieres ir en la parte descubierta se llena enseguida. Nosotros esperamos media hora antes de que llegara y eso nos sirvió para tener un buen sitio todos juntos. Puedes reservarlo también desde la oficina de turismo como hicimos nosotros.
Nos gustó mucho hacer este tour el primer día porque nos dio una idea muy general de cómo era la ciudad para luego poder volverla a recorrer tranquilamente caminando por sus calles.
Le Nid, las vistas panorámicas más espectaculares de la ciudad
Para entrar en este bar que está situado en la planta 32 del edificio más alto de la ciudad tuvimos que hacer 45 minutos de cola (infórmate para saber cuál es el mejor momento para ir porque ver este lugar con tanta gente no es tan agradable como poder disfrutar de un café tranquilamente). Viajar en agosto es lo que tiene, que hay que hacer cola para todo y esto es algo que ya tenemos muy asumido.
La Torre Bretagne tiene 144m de altura y se inauguró en 1976. Las vistas desde la terraza panorámica son de 360º y el decorado del bar es muy curioso porque es como un nido (de ahí su nombre) de una gran ave blanca. Su cuello hace las veces de sofá y el cuerpo se usa como barra de bar mientras que los asientos y las mesas son sus huevos. En el vídeo que os dejo al final, podéis ver unos segundos de este lugar.
Petit Train de Nantes
En nuestro segundo día aprovechamos para coger el Trenecito que también nos entraba con el Pass Nantes. Para éste no es necesario reservar y a los peques les hizo mucha gracia. Es un recorrido muy parecido al que hace el bus, quizás no tan completo y mas breve pero sin duda es otra atracción que puedes disfrutar si tienes tiempo.
Un paseo por la ciudad a pie
El centro de Nantes no es muy grande. Se puede hacer fácilmente caminando o en tranvía y ofrece paseos muy agradables. La arquitectura, las calles anchas y limpias, los monumentos y los parques invitan a pasear y descubrir cada rincón de la ciudad.
El Pasaje Pommerade son unas galerías cubiertas del s.XIX que son dignas de ver arquitectónicamente hablando. Pero lejos de su arquitectura, a mí me decepcionó un poco la poca actividad comercial que había allí dentro.
Los barrios de Graslin, Fedeau, Bouffay… cada uno más bonito que el anterior. Una ciudad que desborda arte por todos los lados con sus exposiciones urbanas temporales que no dejan indefernte.
Déjate seducir por alguna de las creperías y ¡no puedes perderte las galettes de trigo sarraceno! una auténtica delicia apta para celíacos y para los bolsillos.
Un paseo por el río L’Erdre
Por la tarde aprovechamos otra de las actividades que también habíamos reservado en la oficina de turismo, el paseo en barco por el río L’Erdre, un afluente del Loira donde pudimos ver algunas mansiones y una perspectiva diferente desde el agua.
Justo antes de llegar al muelle está la isla de Versalles, una isla artificial donde se ven barcos convertidos en viviendas (recuerda a los canales de Ámsterdam) y que se transformó en un jardín japonés que invita a un paseo tranquilo. Si tienes algo de tiempo, es gratuito.
Minigolf du Petit Port en el Camping de Nantes
Para acabar nuestra segunda jornada en Nantes, decidimos ir a hacer una partida de minigolf al camping de Nantes, donde llegamos con el tranvía. Este camping es muy curioso porque está ambientado en los lugares de las historias de Julio Verne y está bastante bien cuidado. Además, el acceso también entra con el Pass Nantes y a los peques les encantó para rematar el día.
Trentemoult, un lugar muy pintoresco
Nuestro tercer y último día en la ciudad de Nantes fue muy tranquilo. Fuimos hasta el Planétarium pero al no tener reserva, no pudimos entrar para la demostración así que decidimos ir al Museo de Julio Verne que estaba justo al lado. Tengo que decir que nos decepcionó un poco. Quizás me esperaba algo más en el Museo y se ve enseguida.
Una vez allí decidimos cruzar el río de nuevo y coger un barco (al ser transporte público nos entraba con el Pass Nantes) que nos llevó a Trentemoult.
Este lugar es un tanto curioso. Se trata de un barrio de pescadores con calles muy estrechas, casas pintadas de colores brillantes y simplemente parece que estás en otra época.
En este barrio comimos en un restaurante muy entrañable llamado La Guinguette aunque tengo que decir que el servicio no nos gustó demasiado. No hacían esfuerzos por entendernos y no sabían informarnos correctamente sobre el gluten que contenía algunos de los platos. Así que no lo recomendaría.
La Maison Radieuse, un modelo arquitectónico de los años 50
Siguiendo en esta zona, un poquito más hacia el interior, nos encontramos con la Maison Radieuse de Le Corbusier. Este es un edificio que a mí particularmente me hacía mucha ilusión visitar pero no fui consciente del horario de visitas y no llegamos a tiempo. Así que solo pudimos verlo desde fuera.
Este edificio se ve desde muchos puntos de Nantes y se inició en 1955 inspirándose en el principio modular.
Le Corbusier desarrolló este sistema constructivo que pretendía crear viviendas dentro de un esqueleto de vigas y pilares de cemento armado instalado en un bosque de 6 hectáreas. El edificio hace 52 metros de altura y 108 de largo y cuenta con 294 alojamientos. Los equipamientos constan de guardería y locales colectivos. Puede albergar hasta 1.400 personas. Sin duda un sitio curioso.
Parques infantiles en Nantes
En general Nantes nos pareció un lugar fascinante para ir con niños. Disfrutamos todos mucho porque encontramos cosas que nos dieron satisfacciones a todos. Nantes nos ofreció mucho arte y cultura pero también mucho entretenimiento para los niños.
La última tarde la dedicamos a visitar varios parques, entre los que destaco los de la plaza Mercoeur donde está el parque diseñado por el arquitecto y artista japonés Kinya Maryuyama que simula un monstruo marino y que lanza chorros de vaho para refrescar el ambiente.
Justo al lado de este parque y en frente del castillo los chicos también disfrutaron del Miroir d’eau (espejo de agua) donde los más pequeños juegan con los chorros de agua y corren por la superficie de 2cm de agua donde se refleja la imagen del castillo. Los 208 difusores de finísimas partículas de agua que forman una refrescante bruma contrastan con los 32 chorros verticales de 1,50cm.
Nantes, una ciudad para disfrutar en familia
Nuestra última tarde en Nantes la dedicamos para tomar una merienda en la antigua fábrica de galletas Lu que ahora se ha convertido en un centro de arte contemporáneo y entretenimiento (también podéis ver unas imágenes en el vídeo del final) para finalmente llegar a Le Jardin des plantes.
Este parque se fue formando gracias a los navegantes que traían de sus viajes plantas desconocidas. No os podéis perder ver el Dépodépo en la parte más alta del parque, un área de juegos infantil muy especial. Simula el fondo de un jardín con la caseta de un jardinero gigante, sus herramientas y sus macetas vacías con lo que los niños parecen ser de miniatura.
Como veis esta ciudad no te deja indiferente. Ha sido una acumulación de sorpresas día tras día dejándonos con ganas de repetir. Espero que os haya gustado este resumen y si os apetece ver el vídeo en mi canal de Youtube para ver algunas escenas en vivo, recordad que si os suscribís seréis los primeros en verlos y a mí me haréis muy feliz.
¿Qué os ha parecido esta ciudad? ¿Hay algo que os haya sorprendido especialmente? Dejadme un comentario y compartid vuestras impresiones conmigo.
¡Gracias por leerme!
6 Comentarios
La cantimplor aventurera
Que bueno, precisamente hace un rato estábamos mirando Nantes para ir con la familia, tomamos nota de todo, muy buen post!!!
Gracias por la ayuda 🙂
Almara
Pues parece una ciudad muy cómoda para ir con niños. ¿Que edad tenían tu hijos cuando comenzasteis a viajar de esta forma??
Sheila
Hola Almara! Pues mis hijos tenían 3 y 6 y viajar con el Pass Nantes fue comodísimo y muy práctico. Quedamos encantados.
Marta
Me parece un viaje ideal!
Voy a regalarselo a mi marido por su 40 cumpleaños. Es un fan de Julio Verne!!
Nos iremos en primavera en familia.
Gracias por compartir esta experiencia
Sheila
Hola Marta, pues seguro que os va a encantar. Espero que os haga buen tiempo que la ciudad se ve con más encanto.. y que mi post te sea útil. Un abrazo.