El otro día encontraba una fotos antiguas de cómo era mi jardín el día que empecé a vivir en esta casa (hace ya más de 15 años) y lo cierto es que ni me acordaba. En aquella época no me importaba demasiado tener una terraza bonita. Recuerdo que estaba muy ilusionada con tener mi propia casa pero me pasaba el día entero trabajando fuera de ella y apenas la disfrutaba.
Con los años y muy especialmente a raíz de tener familia, las cosas fueron cambiando y desde hace un año decidimos invertir un poco más en adecentarla y dejarla más acogedora.
¿Jardín o terraza?
La idea de tener jardín era muy bonita pero nos dimos cuenta de que daba demasiado trabajo. El césped crecía mucho en verano y te esclavizaba a ir pasando la máquina corta césped. Para colmo, nos empezó a entrar humedad dentro de casa y el suelo parquet se iba deteriorando. Así que la primera decisión que se tomó fue la de cambiar el césped y poner baldosas de cerámica.
El cambio fue bastante notable y ganamos sobre todo en limpieza y practicidad. Ahora con un manguerazo queda la terraza super recogida y limpia y nos olvidamos de cortar el césped y de la humedad.
Eso sí, como no queríamos perder la esencia del jardín, mantuvimos una jardinera donde poner algunas plantitas y cubrimos todo el brezo con hiedra para dar un aspecto más natural a la terraza. Así la mantuvimos durante muchos años, más concretamente hasta el año pasado.
¿Por qué decidimos quitar la hiedra?
Como os decía, nosotros no somos especialmente entregados al jardín. Es cierto que la hiedra concretamente no necesita demasiados cuidados pero crece mucho. Tanto que las ramas se iban entrelazando y enganchando a todas partes y dejando huecos donde se acumulaba demasiado la porquería.
Por otro lado, varios vecinos se empezaron a quejar de que habían visto ratas por la comunidad. A mi no me preocupó el tema hasta que empezamos a escuchar ruidos entre las ramas de nuestra hiedra y el verano pasado se me coló un ratón en el interior de mi casa. Aquello fue definitivo par decidir quitarla.
El cañizo natural que cogimos es de mimbre y lo podéis encontrar en la web de Manomano.es. Tenéis cañizo de diferentes tonalidades y medidas y es bastante sencillo de poner (con bridas o alambres si tenéis una malla metálica como en mi caso). ¡Y voilà!
Una terraza acogedora donde disfrutar del tiempo en familia
Otra de las cosas que nos molestaba mucho era el calor que pasábamos durante todo el día. Tanto que nos impedía comer allí en verano (al ser una planta baja difícilmente corre el aire y el suelo de cerámica acumula aún más calor que la hierba).
Teníamos dos toldos y un parasol, pero no era suficiente. Así que después de ver muchas pérgolas de madera y de aluminio y de hacer varios estudios de mercado, opté por poner una pérgola de madera a medida.
Para ello hablamos con Capi, un carpintero de Sitges cuyo trabajo me encantó. Nos hizo un presupuesto sin compromiso y tras aceptarlo, en menos de una semana estaba montada. La pérgola cubre la zona de comer pero también la entrada, que cuando llovía se nos solía llenar de agua. Así que hemos solucionado dos problemas de golpe.
Las guirnaldas que veis en la foto también son de la web ManoMano y me salieron super bien de precio (son 2 tiras juntas) pero tras ponerlas bajo el techo de la pérgola, decidí cambiarlas de lugar. Os lo muestro un poco más adelante.
Zona de descanso apta para toda la familia
En la zona de descanso teníamos 2 butacas de mimbre reclinables que me había regalado mi madre y que pintábamos cada año para darle buen aspecto durante la temporada de verano. Pero no podíamos sentarnos todos a la vez y empezábamos a necesitar más espacio.
En un primer momento pensamos en la idea de incorporar una hamaca gigante, algo de lo que siempre me había encaprichado. Además hay modelos familiares extragrandes y aptos para disfrutar en grupo. Pero finalmente pensamos que a un sofá le sacaríamos más partido.
Así que buscando sofás de jardín en la web de ManoMano encontramos éste conjunto de oferta (os recomiendo que empecéis a comprar en marzo para la temporada de verano) que no nos puede gustar más. Además llegó a casa en menos de 1 semana y los gastos de envío eran gratuitos.
Ahora ya podemos decir que tenemos una terraza acogedora y adaptada para toda la familia. Seguimos haciendo pequeños cambios, como por ejemplo, el revestimiento en lamas de madera del murete de la jardinera (que vamos haciendo poco a poco y que si os fijáis en detalla aún no está terminado) o el armario exterior blanco de madera, también a medida, que le encargamos a Capi para poder poner los trastos que teníamos por ahí (herramientas para jardinería, escalera, artículos de limpieza, juguetes, etc).
Y como veis, la decisión de cambiar las guirnaldas de sitio ha cambiado totalmente el aspecto de la terraza y cuando se ilumina parece mucho más grande. También colgamos cortinas en uno de los lados de la pérgola donde nos entra un poco de sol por la tarde.
Por supuesto aún nos faltan muchos temas de decoración que iremos haciendo a lo largo del tiempo, pero los cambios ya son muy palpables. ¿Qué os ha parecido el cambio?
*Post en colaboración con ManoMano.es
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