Yo no soy una experta en decoración, ni mucho menos, y nosotros nunca tuvimos propiamente una habitación para nuestros bebés ya que durante su primer año dormían con nosotros. Pero es verdad que es muy práctico tener un dormitorio donde poder guardar sus cosas: ropa, juguetes, cambiador.

Voy a darte algunas claves que pueden venirte muy bien si aún no tienes muy claro cómo decorar la habitación de tu bebé.

En algunos posts que escribí en el pasado como éste sobre Buscando inspiración para la decoración infantil ya te cuento algunos sitios que me han ayudado a encontrar ideas, por si le quieres echar un vistazo.

Pero en este post te resumo 5 consejos o ideas que a mí me han venido muy bien para que la habitación de tu bebé sea sobre todo útil y bonita.

1. Decoración minimalista y tonos neutros

Con el tiempo he aprendido que «menos es más». Tendía a usar demasiados elementos en la decoración de mi hogar y también en la de los dormitorios, pero con el tiempo he ido prescindiendo de todo eso y dejando más espacios libres. Y ha sido todo un acierto.

En las paredes, a mí personalmente no me gustan los elementos demasiado infantiles y he optado por decorar mis paredes con fotos nuestras, la mayoría de las cuales han sido realizadas por fotógrafos profesionales.

Además, el formato de lienzo con fotos es un éxito asegurado porque no pasa de moda. Eso sí, intentad que los tonos de la imagen no sean muy brillantes y usad tonos más neutros, acordes con el resto de la decoración del dormitorio.

2. Estanterías y almacenaje adaptado a sus necesidades

Cuando empiezan a gatear y más exactamente, cuando empiezan a andar y descubrir el mundo desde sus pies, sienten mucha curiosidad por tocarlo y cogerlo todo. Cualquier cosa que esté a su alcance se convertirá en un claro objeto de deseo para él.

Esto supone una fantástica oportunidad para poder dejarle ciertas cosas a su alcance. Por eso es importante que disponga de espacios de almacenaje a su altura.

Foto El Mueble

La habitación del bebé tiene que tener un espacio donde los padres se puedan mover cómodamente pero también el pequeño pueda disponer de un lugar suficientemente espacioso para jugar.

De la misma manera que es importante dejar cosas a su alcance, necesitarás otro mueble que puedas mantener cerrado para colocar todo lo que necesite estar fuera de su alcance. Yo personalmente prefiero esta opción, a poner estantes altos, por dos motivos: primero, que el bebé no sentirá ese deseo irrefrenable de coger el objeto y el segundo, que no cogen polvo.

3. Dedica un rincón de creatividad

Según empiecen a ganar autonomía, van a querer mirar un bonito cuento, hacer garabatos sobre papel o jugar con plastilina. Para que estén lo más cómodos posible, es fundamental que dispongan de una zona de manualidades adecuada o un rincón de lectura que incluya una mesa amplia y unos taburetes cómodos.

Es importante que a la hora de decidir el dormitorio del niño tengas en cuenta que tenga una entrada de luz natural, ya que la luz del sol les llena de energía.

A nosotros nos ha ayudado crearles una zona de trabajo y de lectura donde puedan estar tranquilos mientras ponen a prueba su imaginación.

4. Los bebés crecen, sé práctico

Una de las cosas que más solía tener en cuenta al comprar algún mueble es la practicidad y el uso que le iba a poder dar en un futuro. Siempre he pensado en muebles polivalentes y sobre todo convertibles o evolutivos ya que es muy probable que los sigas usando cuando el bebé deje de serlo.

Usa estanterías que cuando vaya creciendo puedas ir adaptando a su altura sin necesidad de comprar muebles nuevos.

También puedes elegir taburetes que adaptan la altura para que vayan creciendo con el niño.

5. Alfombras de juego

Algo que nosotros usamos durante mucho tiempo fueron las alfombras de silicona antideslizantes de esas blanditas para que el peque juegue en un entorno seguro y pueda caminar descalzo sin ensuciarse ni coger frío.

He visto que hay alfombras realmente bonitas y no como las que usé yo, que eran las típicas en forma de puzzle de letras con colores estridentes. Pero es que en su día no habían muchas más opciones.

Te aconsejo que escojas una alfombra que sea fácil de colocar y de guardar en el caso de que la quieras recoger. Y sobre todo, que su superficie sea lavable para que pueda limpiarse y desinfectarse correctamente.
Otra característica a la que yo le doy bastante importancia es que permita una buena amortiguación en caso de caídas o resbalones. En la web de Tutete.com tienen algunos modelos muy chulos.

Foto Tutete

Y hasta aquí los cinco consejos que a mí mejor me han funcionado. ¿Crees que me dejo algo? ¿Te ha sido útil este post? ¡Comparte otros consejos con nosotros!