Ayer empecé las clases de preparto. Tenía muchas ganas, supongo que motivada por la curiosidad de qué me iba a encontrar… La cita son los martes a las 17.30h, lo que me obliga a salir del trabajo un par de horas antes para llegar a tiempo (por suerte para nosotras, estas horas son justificadas por la empresa, así que sin remordimientos de conciencia).

Una vez allá, me encontré con otras 25 embarazadas que miraban mi barriga y se preguntaban si no me habría equivocado de sitio, y es que tengo que decir que soy la que lleva menos tiempo de gestación de todas.
La primera paradoja llega cuando, en la sala de espera, ves pasar a todas las del curso de PostParto con sus bebés. Una pasarela de carros donde todas nuestras miradas se dirigen a todos los retoños que van saliendo y a sus madres recién paridas. Inconscientemente buscas la similitud y te imaginas cómo muy pronto serás tú quien saldrá de esa clase mientras otras 25 embarazadas te clavan sus miradas.

Una vez entramos y nos colocamos, me empezó a entrar el agobio. Una sala no muy grande donde compartir intimidades con un montón de desconocidas. ¡Qué pereza! Primero vino la presentación «Nombre, tiempo de gestación, niño/a, cómo le llamarás, cómo estás llevando tu embarazo…» Me sentía como en una sesión de alcohólicos anónimos.
Luego a poner colchonetas y a tumbarnos para respirar. Esta parte es la que menos me gustó, pero supongo que es útil saber algunos ejercicios que luego puedes y debes repetir en tu casa. Momento «haced parejas»: lo odio a muerte. Una te sujeta las piernas y cuenta mientras la otra aprieta la vagina… Yo me habría saltado esta parte, la verdad. Por suerte no dura mucho, unos 15 minutos y fuera.

Luego llega el momento divertido, el de los «papás» que pueden entrar a partir de la segunda hora. Los ves entrando uno a uno, tan indefensos, intentando buscar a su otra mitad en aquella sala llena de mujeres sonrientes que esperan ver las caras de sus cómplices, una mezcla entre avergonzados, tímidos y queriendo mostrarse implicados (y no obligados, noooooo) en una situación que preferirían evitar. Pero ahí están, dándolo todo y presentándose de nuevo cual alcohólico anónimo. El mío no vino, por cierto. Aunque vendrá…

clasespp

La clase dura un total de 2 horas y sin duda la última parte es la mejor, compartiendo confidencias y dudas que a todas nos viene muy bien conocer. Marta, la comadrona, le pone un toque de humor irónico que a mí me encanta. No soportaría a la típica mujer «happy flower power» diciéndome lo maravilloso que es parir. Marta es clara, sincera y positiva y eso se agradece.

Mi consejo es que si tienes la posibilidad de hacerlas, no pierdes nada. Es más, ganas mucho más confianza y tranquilidad y siempre puedes seguir los consejos de otras que han pasado por situaciones tan similares a las tuyas. Y lo mejor es que te vas mentalizando y preparando para el temido momento del parto. Además, son gratuitas.