El suero fisiológico, ese imprescindible que la mayoría de nosotras tenemos siempre a mano para ayudar a nuestros bebés a respirar mejor.
Pañales, cremita para el cambio de pañal, colonia, toallitas y suero. No puedo vivir sin ellos.
Pero cuando llega el invierno y tienes que usarlo 2-3 veces por día, el bolsillo se resiente.

Los bebés no saben sonarse los mocos, y el suero les ayuda a hidratarles las fosas nasales. Nuestro pediatra nos dijo que podíamos ponerle tantas veces como fuera necesario. Hay un remedio casero que funciona igual de bien, se trata de poner una cucharadita de sal en un litro de agua. Pero yo que soy así de práctica, prefiero comprarlo.

Cuando empecé a usar el suero, lo hacía con las ampollitas individuales. Son muy prácticas para llevar en el bolso pero en la farmacia de mi localidad las cobran a unos 6€, 30 ampollitas. Así que cuando llegó el invierno y Ares se taponaba la nariz con tanta frecuencia, decidimos seguir la recomendación de nuestra farmacia de confianza y usar un sistema mucho más económico.

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Se trata de comprar las bolsas de litro que usan en los hospitales. Valen unos 2€ y nosotros, que lo usamos prácticamente a diario desde el mes de octubre, aún nos queda la mitad. Así que calculo que puede durar entre 10 y 12 meses. Exacto, casi un año!!

La manera de usarlo es muy sencilla: tienes que comprar una jeringuilla nueva y esterilizada e introducir la aguja, que dejaremos permanentemente sin sacarla.

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Y con la jeringa extraeremos en cada ocasión la dosis que creamos oportuna. Yo normalmente saco la misma que las ampollitas (5ml que voy repartiendo poco a poco en sus dos fosas nasales).

Lo mejor es hacer los lavados nasales con el bebé tumbado. Al principio era una tortura porque Ares no entendía bien lo que le hacíamos y al reternerle, se enfurecía y nos costaba un poco. Pero ahora él está encantado de la vida y parece hasta que le gusta, ¿A qué sí?

¡Espero que os sirva de ayuda este truco!

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