Hoy se cumplen 5 meses de mi bimaternidad y mi reflexión va dedicada a él, a Ares, al que tan dignamente se ha convertido en hermano mayor, en el rey de la casa. Porque le veo y me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado y me ha hecho cambiar a mí. Y a los que nos habéis acompañado en su crecimiento, también os dedico unas palabras…
Los que me seguís desde el principio sabéis que no hemos empezado la maternidad con muy buen pie. Ares ha sido un niño (y sigue siendo) de alta demanda y por si esto fuera poco, no ha sabido conciliar su sueño durante los últimos 3 años, con todo lo que eso conlleva no solo a una madre y un padre, sino a un estilo de vida.
Pues bien, llevamos aproximadamente 3 meses que duerme casi del tirón (digo casi porque se suele despertar alguna vez durante la madrugada fruto de alguna pesadilla pero se vuelve a dormir enseguida). No he querido decirlo muy alto hasta ahora que ya hemos visto que se ha consolidado.
Desde que ha nacido Goran, Ares ha dado un cambio muy significativo. Ha dejado de ser mi bebé y se ha convertido en un niño super listo que razona de forma sorprendente y entiende conversaciones de adultos. Está aprendiendo a conocerme a mí (que no es poco). Sabe ponerme al límite y negociar mejor que nadie. Sabe sacarme una sonrisa cuando estoy enfadada y manipularme psicológicamente para conseguir lo que quiere. Cuando me pinto los labios me dice «mama, qué guapa» y entonces no importa la prisa que tenga, en ese momento el mundo se para y deja de tener sentido, sólo estamos él y yo, me arrodillo y nos fundimos en un abrazo.
Es muy divertido, astuto y alegre. Le gusta la broma como a su padre. Es muy amigo de sus amigos, y muy muy selectivo. Tiene un carácter fuerte, para lo bueno y para lo malo. Aún estamos gestionando su falta de control pero ha mejorado muchísimo porque ahora entiende mejor el dolor, no sólo el suyo sino el de los otros. Aunque es terco, pide perdón cuando se equivoca, a su tiempo, a su manera. Y yo también he aprendido a entender mejor sus necesidades, a ser más tolerante y paciente, a escucharle.
Como hermano mayor es simplemente impresionante. Adora a Goran, le quiere cuidar, le pone el chupete, le besa antes de irse a la guardería, le quiere coger, besar, acariciar…Y a mí se me cae la baba ante tremenda estampa. No hay nada que pueda hacerle más feliz a una madre que ver algo así… Gracias Ares por ser como eres y por convertirme en la madre que soy.
Y a vosotros, deciros que sí, que es cierto que últimamente no escribo post tan personales, para eso estoy usando mi Instagram, que me permite hacerlo de una forma más inmediata. Desde que nació Goran me he replanteado algunas cosas en mi vida para tener más tiempo para ellos. Así que durante los próximos meses, destinaré mi blog a descubriros marcas, productos, lanzaré sorteos y de vez en cuando también compartiré novedades sobre la gran aventura de mi vida, la de mi bimaternidad, pero puede que menos que antes. Sigo atendiendo comentarios, mensajes, consultas, correos y propuestas, pero con otros tiempos. Seguro que me entendéis. Y si no mirad esta foto, lo dice todo.
5 Comentarios
Albert
Precioso post mama, no tengo nada más que añadir. No se realmente que es la felicidad máxima, pero creo que se acerca y mucho a lo que siento cuando estoy con vosotros.
Un estimo!
mia
El tiempo vuela y no se recupera, lo que hace necesario dedicarlo a las cosas que realmente importan. Disfruta de tu familia 🙂
Yolanda
Que maravilla de foto, que estampa más bonita !
Madre y Blogger
¡Qué bonito homenaje a Ares! Lo mejor de esta diferencia de edad es que, aunque sean más conscientes del hueco que ocupan sus hermanos pequeños, también son más participativos, más «hermanos mayores», y disfrutan de esta experiencia mucho más. Mi hijo mayor también tenía más de 3 cuando nació la gordita y también es un super hermano!
Elena Riberas
Que bonito es ver como cuida del pequeño. Ya que, para ellos, como hermanos mayores es un cambio enorme que no tiene que ser fácil asimilar