Nuestro paso por Ginebra con niños ha sido breve y nos hemos quedado con ganas de más. Y es que Ginebra, aunque es conocida como la metrópolis más pequeña del mundo, tiene un montón de atractivos turísticos y está ubicada en un entorno espectacular junto al río Lemán.

De hecho, en verano ofrece muchas actividades que harán que disfrutes aún más de esta bonita ciudad. Cuenta con numerosos parques y hasta playas urbanas y no tendrás que preocuparte de pasar sed porque hay muchísimas fuentes de agua potable.

Pero nosotros queríamos verla en diciembre, decorada con luces de Navidad, así que te cuento cómo ha sido nuestro paso por una de las ciudades más ricas, caras y bien cuidadas del mundo. ¿Sabes que ha sido clasificada entre las 10 ciudades más agradables del mundo?

¿Por qué decidimos ir a Ginebra con niños?

Teníamos claro que queríamos ir a Suiza y ver una pizca de la Navidad allí. No teníamos mucho tiempo pero encontramos unos vuelos directos desde Barcelona super baratos (desde 60€ con Vueling) y aprovechamos la oportunidad. El trayecto es muy corto (1 hora y 40 minutos aproximadamente) así que es ideal para viajar con niños porque no se hace nada pesado.

Además, el aeropuerto de Ginebra tiene un pequeño espacio donde los niños pueden esperar mientras juegan y ofrece embarque preferente al avión si vas con sillita de paseo.

Pero ojo, recuerda que Suiza no es miembro de la Unión Europea ni del Espacio Económico Europeo (EEE) y tendrás que tener en cuenta 2 aspectos importantes:

  1. El cambio de divisas (tienen el franco suizo que es de un valor muy similar al euro) aunque nosotros no cambiamos ni un solo franco y pagamos todo con tarjeta.
  2. Roaming telefónico: contratamos 2 e-sim cards con Holafly (si lo contratas en este enlace tendrás un 5% de descuento) por sólo 34€ con datos y llamadas ilimitadas que nos fue genial aunque tengo que decir que, como nos alojamos parte del viaje en Francia, en algún momento se nos coló algo y nos acabó llegando una factura con un incremento de unos 50€ entre los dos. Así que tened cuidado si vais cruzando frontera con Francia.

Para moverte por Ginebra no necesitarás coche porque está muy bien comunicada con transporte público. De hecho, el tren del aeropuerto al centro de la ciudad (7 minutos de trayecto), ¡es gratis! y algunos hoteles también ofrecen tarjeta de transporte gratuita durante toda la estancia. Es una ciudad muy segura y hay muchas zonas peatonales para caminar y disfrutar de agradables paseos.

Nos alojamos en el Novotel Genève Centre que cuenta con habitaciones familiares conectadas al 50%. Ya conocemos esta cadena de otros viajes que hemos hecho, como nuestra escapada en familia a Toulouse y es una maravilla. Muy recomendable y buena ubicación para el Christmas Market, cerca del lago Lemán y de la estación de tren, en el tranquilo barrio financiero.
A través de mis historias destacadas de Instagram podrás verlo en detalle (busca la bolita de «Suiza»).

24 horas en Ginebra por Navidad

Lo primero que te recomiendo hacer es sacar tu Geneva City Pass. Es algo que solemos hacer cuando tenemos poco tiempo para visitar una ciudad y cunde bastante porque puedes entrar a un montón de atracciones turísticas gratis o con descuentos preferenciales. Es válido para 1, 2 ó 3 días. El de 1 día cuesta unos 30€ con transporte incluido (también los taxis acuáticos).

Estos son los imprescindibles para nosotros, viajando con niños:

  • Pasear por el casco antiguo (Vieille Ville)
  • Disfrutar del choco pass y probar los mejores chocolates del mundo
  • Visitar la torre de la Catedral de San Pedro
  • Lago Lemán y Jet d’Eau
  • Reloj de Flores

Ginebra es la segunda ciudad de Suiza por detrás de Zurich y está ubicada en la frontera de Francia, de manera que parte de la ciudad también es francesa. Es la ciudad que alberga el mayor número de organizaciones internacionales del mundo como Cruz Roja, que por cierto, tiene un museo muy interesante que veremos en una próxima ocasión, o la sede de la ONU. Pero nosotros nos enfocamos en visitas más adaptadas a los más pequeños.

El casco antiguo (Vieille Ville) de Ginebra

Para ver el casco antiguo (Vieille-Ville) de Ginebra, con más de 2.000 años de historia, cogimos el trenecito que está incluido con el Geneva City Pass y si tienes poco tiempo lo agradecerás por las subidas que hay. El casco antiguo está muy bien preservado y tiene mucho encanto junto a los tranvías y calles peatonales.

Aprovechamos para hacer un brunch en el restaurante Marcel, que veníamos hambrientos del viaje y la camarera hablaba español perfecto, así que lo agradecimos.

Y no te puedes ir de Ginebra sin visitar la torre de la catedral de San Pedro, desde donde tendrás las mejores vistas 360º de la ciudad.

Se puede acceder gratuitamente a su interior. En la parte baja, que ha sido excavada recientemente, se han encontrado restos de la época de los romanos.

Para subir a la torre hay que pagar pero si adquieres el Geneva City Pass está incluido. Hay que subir bastantes escaleras de caracol y obviamente no se pueden subir sillas de paseo. Pero el esfuerzo bien vale la pena, especialmente si el tiempo acompaña, como a nosotros.

Una ciudad ideal para los amantes del chocolate

El choco pass te da acceso a probar las mejores especialidades de algunos de los más tradicionales fabricantes de chocolate artesano de Ginebra durante 24 horas desde su activación. Me pareció una actividad maravillosa para explorar la ciudad mientras vas descubriendo las especialidades más exquisitas de algunas chocolaterías locales. Además de la degustación de chocolates, también te dan una muestra para llevar a casa. En total eran 10 chocolaterías.

Podrás probar el famoso pavé de Ginebra en Stettler’s, o las trufas de Sweetzerland. El precio de adulto es de unos 30€ y el adaptado a niños 6€.

Otra actividad que nos encantó fue el taller chocolatero de Favarger donde pudimos crear y personalizar nuestro propio chocolate. La experiencia dura una media hora y es a partir de 5 años. Además te ofrecen un chocolate caliente al finalizar. El precio del taller es de unos 20€ y en mi instragram puedes ver cómo nos quedó.

El lago Lemán, el Jet d’Eau y el reloj de flores

El lago Lemán, también conocido como lago de Ginebra, es otra de las atracciones turísticas de la ciudad y comparte pertenencia con Francia (un 40%). Aunque esté situado entre las montañas, la gran cantidad de agua que contiene crea alrededor de él un microclima.


Una de las principales atracciones del lago es el Jet d’Eau (chorro de agua), el emblema de Ginebra, que es una de las fuentes más grandes del mundo (alcanza una altura de 140 metros). El agua sale de la boquilla a una velocidad de 200 km/h y contiene unos 7000 litros de agua en el aire en cada momento. Si corre el viento quizás hasta te salpique alguna gota, aunque estés lejos.


El paseo que recorre el lago es una delicia y bien merece un paseo donde te encontrarás el famoso reloj de flores fabricado en 1955 y que funciona desde entonces. No olvidemos que Ginebra es una ciudad con una larga tradición relojera (de ahí son los famosos Rolex y Omega, entre otros muchos).


Como curiosidad, te cuento que su segundero es el más grande del mundo (2,5 metros de largo) y el aspecto del reloj de flores cambia según la época del año en la que vayas, ya que las flores pertenecen a diferentes temporadas.

Ginebra con niños en Navidad

He dejado para el final la parte de la Navidad para que el post sea más atemporal. Pero tengo que decirte que ver la ciudad en estas fechas fue todo un acierto, además de que está muy cerquita de otras ciudades como Montreux, que también visitamos, y que son pura magia en estas fechas.


Justo en la zona de los baños de Pâquis al borde del lago Léman, encontrarás la Feria de Navidad (Christmas Market) más conocido como Noël au Quai. Aquí podrás disfrutar de todo el ambiente navideño concentrado en paraditas de artesanía y de dulces tradicionales o vino caliente. Fuimos por la noche y había mucho ambiente.

Cenamos una tradicional fondue genovesa (desde 26€/persona) en Chalet à Fondue. Te recomiendo que reserves porque se forman unas colas importantes. Es un lugar ciertamente curioso donde todo el mundo come en mesas largas, sin separación.

La entrada al recinto es abierta y gratuita. Es un lugar precioso para disfrutar en familia donde mientras los niños dan una vuelta en el carrusel histórico o hacer talleres en una yurta, los papás pueden relajarse tomando un vino caliente o descansando tomando un tentempié.

Ginebra ha sido una bonita sorpresa. En nuestro viaje inicial no pensamos en dedicarle ni un día, ya que queríamos ir directamente a Montreux pero te recomiendo mucho que dediques al menos una jornada a esta ciudad porque tiene rincones únicos.

¿Conocías Ginebra? ¿Qué es lo que más te ha gustado?