Os contaba hace unos días cómo fue nuestra experiencia en Carcassonne y tenía pendiente hablaros también de los lugares que os recomiendo visitar si vais con niños en los alrededores de la ciudad. Pero antes de eso, tengo que hablaros del alojamiento que descubrimos en detalle, porque bien se merece un post. Os presento un hotel donde los pasillos son caminos y las habitaciones, cabañas en los árboles.
Dormir en cabañas en los árboles cerca de Carcassonne
Dormir en una cabaña en los árboles fue la guinda del pastel durante nuestra estancia en Carcassonne. No sabéis la ilusión que me hizo encontrar este hotel con cabañas en los árboles, porque era un sueño por cumplir.
Nuestra cabaña era la Refuge y estaba literalmente en medio del bosque. Al principio eché un poco de menos tener algo más de vistas, pero sentirse incomunicada entre la frondosidad de las copas de los árboles, también tiene su punto.
Una vez dentro, el dormitorio y el salón comparten espacio. La cabaña contaba con un dormitorio independiente con las literas para los niños y el baño, que por cierto, me llamó mucho la atención por lo moderno que era.
La ducha ni tenía mampara ni cortina, lo que permitía darte una ducha calentita a la vez que disfrutabas de las vistas del bosque pero con toda intimidad y sin que nadie pueda verte desde el otro lado. ¡Una maravilla! Lástima que no fotografié el baño, pero seguro que podéis verlo en la página que os he enlazado anteriormente.
Un entorno natural e histórico y mucho entretenimiento
Y si la cabaña ya es la bomba, los alrededores no te dejan indiferente.
Para inspeccionar el entorno, un dominio de más de 112 hectáreas, el hotel te propone un juego de pistas (que nosotros no entendimos por ser en francés y contener una temática histórica del lugar). Así que decidimos hacer la ruta superando los objetivos del tiro al arco. Gracias a estos juegos, pudimos explorar la zona y llegar a un pequeño riachuelo que había a unos pocos pasos de nuestra cabaña.
Todo esto podréis verlo en las historias destacadas de mi perfil de Instagram.
Pero además de la naturaleza, descubrimos un viejo edificio del siglo XIV, que según cuentan, era la base de retaguardia del Príncipe Negro de Inglaterra durante el saqueo de los suburbios de Carcassonne y sus primeros asaltos a la ciudad medieval.
No me digáis que no parece sacada de «Sentido y Sensibilidad», la famosa novela de Jane Austen.
¿Entretenimiento o descanso? Tú eliges
También nos animamos a jugar a la petanca, que como sabréis, es un deporte muy popular en Francia y al que mis hijos se aficionaron enseguida. Todo el material de entretenimiento: libros, ping pong, juegos de mesa y otros, te lo facilitan directamente desde la recepción del alojamiento sin coste adicional.
El último día nos hizo muy buen tiempo y aprovechamos también para bañarnos en la piscina (17 metros de largo) porque no había nadie. La temperatura del agua estaba a unos 25 grados y está equipada con chorros de masaje y natación a contracorriente.
Lo cierto es que este lugar es muy polivalente y tanto vale para relajarte y no escuchar más que los pájaros y el sonido de las hojas de los árboles, o por el contrario, la posibilidad de entretenerte con la amplia oferta de propuestas, tanto interiores como exteriores.
Un desayuno con vistas desde la cabaña en los árboles
Pero sin duda, lo que más me gustó y más disfruté yo (y apuesto que los niños también) fue el desayuno en la cabaña en los árboles.
A la llegada tienes que decir la hora que quieres recibirlo y ellos te lo dejan puntualmente en una cesta en la puerta de tu cabaña. Además de la comida, también proporcionan manteles, servilletas y cubiertos. Fue un gustazo desayunar en la terraza un café con tostadas y croissants bien calentitos.
El primer día que llegamos también contratamos la cena, que tiene exactamente el mismo modus operandi de la cesta, pero normalmente piden una antelación de 24 horas y para nosotros era complicado organizarnos, ya que cuando viajamos solemos improvisar las comidas. Aún así, cabe decir que, aunque la comida era muy rica, encontré que las raciones eran un poco pequeñas. También es cierto que es una opción muy cómoda porque no hay restaurantes cerca (andando, me refiero) y cenar en la cabaña resultaba muy acogedor.
Estuvimos un total de 2 noches allí, con lo que nos dio tiempo de relajarnos y disfrutar con los niños con mucha calma mientras ellos se entretenían con sus juegos en un entorno único.
Este hotel, catalogado como hotel*** de 3 estrellas es un lugar super recomendable si quieres visitar no solo la ciudad de Carcassone, sino también los alrededores, ya sea en pareja o con familia.
*Post en colaboración
2 Comentarios
El Blog de tu Bebe
Vaya experiencia nunca, nosotros nunca hemos dormido en un árbol. ¡Hay que probarlo si o si!
Un saludo
Sheila
Pues es una experiencia muy chula, especialmente también para los niños.