Ahora ya sí que puedo decir que me queda menos de la mitad y que he pasado el ecuador del embarazo. Me siento aún más embarazada si cabe y empiezo a coger más peso del que me gustaría. Se puede decir que lo llevo bastante bien en cuanto a síntomas; atrás han quedado los episodios de náuseas y por las mañanas me levanto con mucha vitalidad, ahora bien, según el el día avanza ya es otra cosa…

Cuando la gente me pregunta «¿Y cómo te encuentras?«, algo que agradezco profundamente, por cierto, siempre respondo lo mismo, que muy bien pero sólo hay un punto negativo que no puedo pasar por alto: el agotamiento. Al final del día me siento extremadamente cansada y sin posibilidad de descansar, me acuesto tarde y siento que tanto mi piel como mi pelo se resienten de esta falta de descanso. Lo he notado especialmente en la cara, que me veo más estropeada y el pelo está seco y encrespado, también influye la mala alimentación que estoy llevando últimamente debido al poco tiempo que tengo para cocinar.

Los cambios de humor también continúan haciendo mella en mí, paso de un extremo a otro en cuestión de minutos: de la alegría a la euforia a la tristeza y a la ira. Así, todo junto.

Si bien Ares, con sus 28 meses recién cumplidos continúa en ese momento tan difícil de su vida en el que está expresando su fuerte carácter y su desobediencia, también me regala maravillosos momentos que hasta ahora eran casi inexistentes: abrazos, bromas, deseos de jugar conmigo, necesidad de dormir «sólo con mamá» y muchas sonrisas. Seguimos con papitis aguda, pero ahora me hace más partícipe de su vida. Y lo mejor, hemos logrado una mejora a la hora de dormir y ya podemos dormir más de 4 horas seguidas la mayoría de noches, aunque no de forma natural aún.

El bebé está muy sano y viene grandote. Ya hemos hecho la ecografía morfológica con unos resultados estupendos. Cada vez se mueve más y puedo sentirlo a diferentes horas del día.
Aunque es muy pronto todavía, me dijeron que estaba boca abajo (Ares nunca lo estuvo), y no pude evitar sentirme esperanzada al pensar que esta vez podría llegar a tener un parto natural.

Y hasta aquí el resumen de mi quinto mes. Como curiosidad os cuento que soy incapaz de llevar el recuento de semanas a rajatabla y tengo que mirar una chuleta cada vez que me preguntan «¿De cuánto estas?». Ahora, y a diferencia de mi primer embarazo, contesto en meses.
(Por cierto, esta foto es de hace 2 semanas, no vayáis a pensar que llevo un desfase).

¿Y cómo están las embarazadas de la sala?

5meses