No es la primera vez que escribo sobre la reproducción asistida. Ya he demostrado en numerosas ocasiones mi total apoyo a los avances tecnológicos que permiten cada vez a más mujeres la posibilidad de ser madres.

Pero sí es importante disponer de información y recursos que te ayuden a tomar la decisión que más se ajuste a tus necesidades particulares.

Además de los tratamientos más comunes que todos conocemos y de los que ya he hablado en otros posts anteriores como la insemización artificial, fecundación in vitro u ovodonación, también quiero hablaros de otras técnicas que quizás las hemos oído menos pero que también pueden ayudar a tener un bebé y hacer realidad el sueño de muchas parejas que tienen dificultades para lograr un embarazo espontáneo.

Diagnóstico genético preimplantacional (DGP)

La DGP permite estudiar el ADN de los óvulos o de los embriones para seleccionar los que cumplen determinadas características genéticas, con el fin de seleccionar los que resultan idóneos para su transferencia al útero.

Esta técnica tiene como objetivo evitar la transmisión de alteraciones hereditarias  y puede resultar especialmente útil para pacientes con antecedentes de enfermedades genéticas (tales como fibrosis quística, talasemia o distrofia muscular, entre otras) o cromosómicas (por ejemplo, síndromes de Turner o Down) en la familia.

Foto Jordi Salas

Fecundación in vitro con screening genético preimplantacional

La técnica in vitro, ahora también puede ir unido al estudio genético de los embriones o Screening Genético Preimplantacional, que da mayores posibilidades de éxito en el embarazo, sin riesgos para la madre.

Es importante saber que esta técnica también se puede llevar a cabo con óvulos de donante, que además de tener gran calidad cuentan con menores alteraciones en sus cromosomas. Esta técnica se utilizaría, por ejemplo, cuando se sospecha que la causa del fallo en la implantación o el aborto se encuentra en el espermatozoide. Se podría, por tanto, detectar alteraciones genéticas (cromosómicas) en los embriones y transferir al útero aquellos embriones libres de estas alteraciones, reduciendo considerablemente el riesgo de aborto.

Con estas técnicas de diagnóstico se consigue estudiar los cromosomas de cada uno de los embriones que se generan en el laboratorio y seleccionar únicamente aquellos sin anomalías aumentando la probabilidad de éxito.

Tecnología Embryoscope

Así es como se denomina el sistema de cultivo (incubador) para embriones que permite mantener las condiciones más adecuadas y cercanas a las del cuerpo de la mujer. A esto se añade que el sistema realiza captaciones de imágenes de cada uno de los embriones cada 10 minutos. De esta manera, los embriones que se encuentran en este sistema son observados 24 horas al día (cultivo time-lapse) a diferencia de un incubador convencional donde habitualmente se observa cada embrión en una única ocasión cada 24 horas. Esta metodología permite obtener una gran cantidad de información del desarrollo de los embriones e incrementar la probabilidad de gestación.

Como veis, son técnicas que estudian y analizan cada embrión para seleccionar los de mejor calidad y poder descartar posibles futuras alteraciones. ¿Habíais oído hablar de ellas?