Desde hoy me he vuelto un poco más empática con todas aquellas personas que por un motivo u otro, llegan a una clínica de reproducción asistida. Creo firmemente en que son personas muy valientes que se prestan de forma física y psicológica a vivir un proceso que en ocasiones puede ser lento y agotador. Muchas de ellas, incluso, lo sufren en secreto por vergüenza o frustración.

En primer lugar, me gustaría agradecer a la Clínica IVI de Barcelona la oportunidad que me ha dado al ofrecerme una visita a sus instalaciones y enseñarme personalmente todo el funcionamiento, desde el principio hasta el final y respondiendo a cada una de las preguntas que se me ocurrían, que no eran pocas.

Sí, me siento una privilegiada porque he sido testigo de lo que muy probablemente acabará siendo la creación de una vida y eso es algo que se merece todo mi respeto.
Como no quiero hacer un post demasiado técnico, simplemente resumiré diciendo que la ciencia es algo que me deja totalmente alucinada. Existen varias técnicas por las cuales hoy en día se usa la reproducción asistida y que van en función de la historia del o la paciente. Pero en resumen, se trata de un tratamiento que ayuda a las personas a cumplir un sueño de vida y que de forma natural no podrían cumplir, y yo me quedo con eso.

iviLas medidas de seguridad y limpieza son extremas. De hecho tuve que ir sin perfume ni maquillaje y vestida con bata, gorro, mascarilla y protección en los zapatos. Pude entrar primero en el laboratorio de andrología, donde se estudian y guardan las muestras de semen e incluso observé en un microscopio una gota que albergaba cientos de espermatozoides moviéndose, tal cual nos han enseñado en los libros de la escuela. Y para terminar, la parte más impresionante, el trabajo de laboratorio de FIV (fecundación in vitro), donde un equipo de biólogos trabajan en un cuarto sin luz natural, observando la evolución de cada uno de los embriones a través de unas máquinas de última generación que mantienen las condiciones de temperatura más óptimas para su evolución.

Las técnicas con las que trabajan son muy variadas, desde fecundaciones in vitro o inseminación artificial, que eran las que yo tenía mayor conocimiento, pero también otras como el ICSI o el MACS, que permiten seleccionar los espermatozoides sanos y eliminar los que mueren más rápido y por tanto impiden su fecundación.
Otra de las cosas que me dejó boquiabierta es saber que existen técnicas que pueden crear un embrión con características específicas para impedir, por ejemplo, que se vuelva a repetir la enfermedad que alguno de los padres pueda transmitirle o en un caso más extremo, crear un embrión compatible a un futuro trasplante de un hermano. Me contaron un montón de casuísticas en las que la reproducción asistida había salvado vidas. Me alucina.

Pero no hay que olvidar que estamos ante un proceso complejo que juega con el sentimiento de las personas, ya que no hay nada garantizado aunque sí que existe una probabilidad altísima (de un 90%) de que lleguen al final con éxito. Así que vale mucho la pena intentarlo, desde luego.

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Este es el instante en el que se produce la fecundación en vivo y en directo. El círculo es el ovocito (óvulo) y la aguja de la derecha es la que lleva el espermatozoide. Todo el proceso es manual y requiere de concentración y muy buen pulso.

Otra de las preguntas que me venían a la cabeza es el tema económico. Siempre había pensado que este proceso estaba al alcance únicamente de unos pocos. Después de ver todo el trabajazo empleado en cada uno de esos tratamientos, no es de extrañar que las cifras sean elevadas. Por suerte hay posibilidades de financiación de hasta 5 años o incluso en algunos casos también puede ser gestionado a través de la Seguridad Social, aunque aquí ya no dispongo de información.

Así que desde aquí, a todos aquellos que estéis en un proceso de estos os mando mucho ánimo y os deseo toda la suerte del mundo.