Este fin de semana ha sido nuestro primer aniversario de boda y aprovechando que nos habían regalado una estancia en un hotelito rural, decidimos aprovechar la ocasión ahora que aún no ha nacido el bebé para dedicarnos ese pequeño homenaje a los dos.
Reconozco que cuesta mucho encontrar esos momentos de dos. Desde que Ares nació, surgió un sentimiento sobreprotector en nosotros que sólo el pensar en dejarlo una noche con sus abuelos para irnos a cenar, nos daba la sensación de «abandonarlo» y nos pasábamos la noche hablando de él, llamando por teléfono para comprobar que todo andaba bien y, en definitiva, ni siquiera aprovechábamos ese momento que nos merecíamos como pareja.
Con el tiempo hemos aprendido a relajarnos, y aunque reconozco que durante el primer año apenas lo dejamos una sola noche, pasado el primer año ya hemos confiado más en que incluso Ares también necesita su tiempo para disfrutar de sus abuelos, porque somos muy afortunados de tener a los 4 abuelos viviendo muy cerquita nuestro.
A Albert le cuesta un poco más que a mí (imagino que porque además de tener un gran sentimiento de apego, lo ve menos que yo y aún se siente más culpable). Yo sin embargo ya lo veo como algo NECESARIO. Lo cierto es que cuando el peque está por medio, nosotros no tenemos apenas momentos para contarnos cosas importantes: las interrupciones son constantes y todo acaba posponiéndose para «luego te lo cuento». Y cuando «luego» llega, a veces ya ni te apetece entrar en según qué temas y sólo quieres descansar la mente.
La rutina es peligrosa. Curiosamente es el aspecto que más miedo me da para el buen funcionamiento de una relación. Y con la llegada del peque/los peques se empieza a convertir en una obsesión. Así que esos descansos que, aunque muy de vez en cuando, nos tomamos, nos sirven para reforzar nuestros vínculos, mirarnos a los ojos, sonreírnos, decirnos cuánto nos queremos y besarnos. Son los únicos momentos en los que puedo mirarle sin límite y pensar en lo afortunada que soy al tenerle a mi lado.
Para quien me lo ha preguntado, hemos pasado una noche en el Hotel Villa Engracia (Poblet, Tarragona), un antiguo balneario situado a pocos metros del Monasterio de Poblet. Un lugar muy modesto pero donde nos han tratado casi como familia, que es lo que en estos momentos más agradezco y necesito.
¿Cómo lleváis vosotras el tema de encontrar «esos momentos» con vuestras parejas? ¿Creéis como yo que es algo fundamental para reforzar los vínculos y construir si cabe una familia más fuerte?
5 Comentarios
pequeboom
Nosotros en julio cuando la peque se fue al #pueblitobueno con los abuelos salimos a cenar solos unas cuantas noches y la verdad es que se agradece, pero escapada, escapada ni una! Y lo veo como tú, primordial!!!!
Me alegro de que lo hayáis hecho, de que hayáis disfrutado y de que hayáis cargado pilas!
trandafiras
¡Pues aún estás a tiempo!! A nosotros nos ha ido de fábula y a mí mejor que a nadie. Nos hemos ido cerquita, a 1 horita de casa, pero ha sido como una bocanada de aire fresco para nosotros y el peque ni de menos nos ha echado 🙁
loida
Este es un tema que ha estado sobre la mesa en mi casa varias veces, yo sobretodo ese instinto de sobreprotección lo tenía muy agudizado al principio y no soportaba dejar de lado a la niña ni un segundo, a pesar de que mi marido pedía(y necesitaba) mi atención también. Te diré que en 15 meses que tiene sólo la hemos dejado una tarde para irnos a un spa, porque nos lo había regalado, y una noche que teníamos una cena y me parecía cruel tener a la peque en medio del jaleo con lo que le cuesta dormir. Ahora estoy más dispuesta a dejarla para irnos un fin de semana, aunque aún no lo hemos hecho, pero reconozco que cuesta encontrar esos momentos para nosotros y que son más que necesarios para la pareja. Como tú, pienso que la rutina es demoledora, y que lo más grave es que lo hace sin que nos demos casi ni cuenta. Así que vivan las escapadas románticas!!yo envidio la tuya, pero envidia sana eh?
Maria Dolors
Uff. Nosotros la primera vez que le dejamos dormir en casa de los abuelos fué cuando nació la niña. I ya tenia 42 meses (3 años y medio).
Nuestras escapaditas es cuando los dos estan en el cole o en la guarderian por las mañanas.
Lo necesitamos pero mis padres todavia trabajan y los suegros ya no estan.
Olaya Psicología
Siempre resulta fundamental dedicarse esos momentos de intimidad en pareja. Es evidente que los hijos requieren mucha atención y, como bien has dicho, en ocasiones se convierte incluso en una obsesión, pero hay tiempo para todo. Tiempo que los beneficia tanto a ellos como a vosotros mismos y a vuestra pareja. ¡¡No dejéis de dedicaros momentos especiales!! Un saludo