El testimonio de MªJosé muestra una vez más esa capacidad de superación que tenemos las madres, de querer que nuestro parto sea lo más natural posible y esa ilusión por hacer las cosas tan delicadamente correctas. Ella nos explica algunas técnicas que utilizó para dar la vuelta a su bebé cuando venía de nalgas y evitar así una cesárea programada y su intento por lograr un parto natural sin epidural.

Esta es la historia de Mª José:

«Aprovechando esta oportunidad que nos ofrece Sheila, quería compartir con vosotras un par de temas, por si os pueden ser de utilidad:

Tengo dos hijos, uno de 3 años y otro de 1. A los dos los he tenido en un hospital que cubre la Seguridad Social – Sant Joan de Déu d’Esplugues – y sólo tengo palabras de agradecimiento hacia el personal que allí trabaja.

A diferencia del primero, el embarazo del pequeño fue muy movido en muchos aspectos. Una de las cosas que me ocurrió es que el bebé venía de nalgas. Yo quería tener un parto natural, así que en el hospital me hicieron primero unas sesiones de acupuntura y de moxibustión. Son unas técnicas que ayudan a que la matriz se mueva y la criaturita se dé la vuelta. El peque se movió muchísimo, pero no consiguió girarse.

El siguiente paso fue practicar una versión externa en la semana 36. Me pusieron un medicamento por vena, que hizo que la matriz se quedara blandita. Entonces, ayudado por una ecografía, el ginecólogo cogió el cuerpecito de mi bebé por encima de mi barriga y lo fue girando hasta ponerlo boca abajo! Es algo que no duele, pero sí puede molestar porque genera mucha impresión, y es que me estaban moviendo las entrañas! Aquel día éramos 10 madres a las que nos practicaron este método, de las cuales 8 acabamos con éxito. Cuando encuentran cualquier resistencia de la criatura no fuerzan nada. Lo tienen muy controlado todo y me hicieron un seguimiento. También fue de agradecer que, sin pedirlo, a mi marido lo dejaron estar a mi lado en todo momento.

El otro tema que quería transmitiros, por si alguien busca un lugar preparado para asistir partos naturales (sin epidural), es que el hospital de Sant Joan de Déu tiene una sala totalmente equipada y profesionales para la labor. La experiencia que tuve con mi hijo mayor en el parto (con epidural) fue buenísima, pero esta segunda vez tenía la necesidad animal de saber qué se sentía desde el principio hasta el final. Rompí aguas a las 23h y empecé con contracciones a la 1h. Al principio las fui llevando bastante bien, iba paseando, moviéndome con la pelota, tirando de las cuerdas en el techo, me metieron en una piscina,… pero a las 8h de la mañana, dilatada de 8cm, con unas contracciones tremendas, estaba como en otro planeta y pedí la epidural. Fue un momento de bajón. Por suerte, entre mi marido (que fue un respaldo incondicional) y las comadronas (que eran cariñosísimas) me apoyaron y animaron a seguir. A las 9h15’ Martí llegaba a este mundo entre lágrimas de felicidad, me lo colocaron en el pecho y todo el dolor anterior desapareció por completo. Pude levantarme en cuanto subí a la habitación, beber agua, desayunar,… Vamos, que la recuperación fue mucho más rápida en todos los sentidos en esta ocasión.

Gracias por tu iniciativa Sheila. Y mucha salud a todas para disfrutar del milagro y el tesoro más grande de esta vida!»

Maria José Cano
Barcelona

Miquel & Martí con sus papás

Miquel & Martí con sus papás

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