Estamos a punto de cumplir un año desde que inauguramos nuestro «nuevo hogar», así es como lo llamamos en familia porque realmente nos ha cambiado nuestra forma de vida.

En un post anterior, ya os daba varios consejos para que la reforma de tu casa fuera un éxito. Fue una manera de animaros a reformar esas pequeñas cosas que tenemos en mente pero que por miedo (casi siempre es en relación a la preocupación sobre el desembolse de dinero) no hacemos. Si buscas reformas en Barcelona te animo a que pidas un presupuesto sin compromiso o que te plantees una pequeña financiación parar ir sin agobios.

Poco a poco hemos ido construyendo la casa de nuestros sueños dentro de nuestras posibilidades. Es decir, quería tener cocina americana, y la tuve. Quería tener chimenea en casa, y la tuve. Queríamos reformar nuestro baño anticuado y poner una ducha, y lo hicimos. Quizás no es exactamente como la había imaginado inicialmente pero cumple sus objetivos y satisface nuestras necesidades/caprichos. Así que puedo sentirme super orgullosa de cada pequeño gran cambio que hemos hecho en nuestro hogar.

Dicho esto, me he dado cuenta de que aunque en redes sociales os he ido enseñando los cambios de la cocina, en el blog no escribí un post sobre cómo quedó toda la reforma acabada nueva. Así que allá voy…

Para entender bien el cambio, es necesario que mires la fotos del antes y el después y así verás lo mucho que hemos mejorado en diferentes aspectos básicos: luz, espacio, funcionalidad… que era precisamente lo que necesitábamos recuperar.

Para ello decidimos eliminar el recibidor de casa. Realmente nos parecía que preferíamos aprovechar ese espacio para integrarlo en nuestro día a día y la sensación de amplitud y luminosidad que ganamos es brutal. Como veis, el recibidor era un espacio demasiado oscuro en la casa.

Objetivo: conseguir un espacio más funcional

A pesar de que nuestra cocina no era pequeña, al ser alargada no le acabábamos de encontrar una funcionalidad. Teníamos una mesita muy pequeña y no hacíamos vida allí, sino que todas las comidas las hacíamos en el salón. Me preguntáis mucho por reformas de cocinas en Barcelona pero lo que de verdad importa es que escojáis a un buen especialista en la rehabilitación y reformas integrales de cocinas.

Con la nueva cocina quise evitar esto a toda costa ya que pretendía tener dos espacios bien definidos: la cocina, donde cocinar y comer a diario y el salón donde poder descansar o disfrutar de una cena con amigos.

Y se me ocurrió la idea de aprovechar la pared opuesta a la encimera y poner un mueble auxiliar con una barra encima que ofreciera una continuidad hasta formar una mesa donde pudiéramos comer a diario y trasladar así nuestra actividad habitual a la cocina.

Para ello usamos el mismo material de Silestone que la encimera de la cocina y compré los taburetes altos con respaldo en Conforama.

Una despensa muy bien aprovechada

Pero sin duda, el gran cambio fue la despensa.

Hasta la fecha teníamos un desorden importante ahí dentro. La parte buena es que tenía una puerta corredera que siempre cerraba y así no veía lo que no quería ver.

En este espacio tenía el calentador, la lavadora, la secadora, la despensa y los productos de limpieza. Así a grandes rasgos. Y con la reforma tenía que seguir todo ahí pero de manera que se viera todo integrado. Así que decidí abrir el espacio (quitar la puerta corredera) pero dejarlo todo tapado con puertas de armario.

El resultado fue éste:

Y una vez las puertas se cierran, queda una despensa unificada y sobre todo, ordenada.

Sobre los electrodomésticos aproveché el frigorífico, lavadora, secadora y lavavajillas y cambié el microondas (lo puse encastrado), horno, encimera de inducción y extractor, también encastrado.

Creamos un espacio adaptado a nuestro día a día

Hemos conseguido solucionar los problemas que nos surgían con la antigua cocina.

Ahora tenemos una cocina actual, nueva, moderna pero sobre todo funcional. He vuelto a disfrutar de cocinar (algo que dejé de lado cuando me convertí en madre) y lo mejor es que no me siento aislada ni sola. Puedo escuchar a los niños jugar en el comedor o tomarme una copa de vino con amigos mientras preparo la cena.

Es cierto que ya no me puedo permitir tener ollas ni platos sucios por medio, y ahora me obligo a tenerla siempre recogida. Pero eso no supone ningún problema y siempre encontramos un momento para hacerlo.

La fregadera la escogí de un seno y medio (antes tenía dos y me resistía a quedarme sólo con uno. La verdad que para mí es muy cómodo.

También pusimos una tira de luz de led bajo los armarios flotantes de arriba y es la luz que más usamos. Adoro la tonalidad que deja y rara vez uso todas las luces a la vez (que también aprovechamos para cambiar a leds y así reducir el consumo de electricidad).

Como accesorios coloqué la madera para cortar (también de Ikea) y la barra colgante con los rollos de papel, la aceitera, la sal y las cosas que más tengo a mano. He dudado en alguna ocasión si quitarlo para que quede aún más limpio visualmente hablando pero me resulta muy práctico. Ha sido herencia de mi madre que solía tenerlo así en su cocina.

Nuestro no recibidor

Hemos cambiado algunos hábitos que teníamos, como el de dejar la chaqueta en el colgador del recibidor y ahora la guardamos directamente dentro del armario.

También decidí colocar un cajón de almacenaje de Ikea muy delgadito que actúa de zapatero y es donde dejamos las zapatillas de estar por casa (que es como solemos caminar en casa) y coloqué un pequeño felpudo dentro de casa para no ensuciar la entrada.

Yo tenía muy claro que quería un espacio abierto. Algunas personas se preocupan por los olores, pero a mi no me resulta incómodo (os lo dice una fanática de los olores). Cuando cocino, sueno cerrar la puerta de la habitaciones y en verano siempre tengo las ventanas abiertas. Eso sí, es recomendable invertir en un buen extractor.

Hemos notado el cambio de temperatura ya que antes no teníamos calefacción en la cocina y por tanto con el mismo número de radiadores ahora tienen que trabajar más. Pero no lo veo un problema mayor ya que la calefacción la usamos sólo 3 meses al año así que tampoco lo hemos notado en la factura.

Y creo que éste es el resumen. No podemos estar más felices con los cambios y no sabéis lo mucho que disfrutamos ahora del tiempo en casa. ¿Qué os ha parecido a vosotros el cambio?

Por cierto, tenemos un próximo proyecto para este año, así que seguid por aquí si queréis saber más.